Entre los costes de producción, la alimentación representa más de un 70% de los gastos realizados en la producción del cerdo intensivo. En la última década, estos costes se han elevado debido al incremento en los precios de la energía, la proteína y el fósforo. El incremento en determinados periodos del precio del petróleo, la utilización de cereales para la producción de bioetanol, o la prohibición europea de utilizar harinas de carne en la alimentación de los animales de renta determinan tensiones al alza de los precios de los ingredientes. Actualmente, esta tensión se sigue observando en el precio de la harina de soja (principal referente del precio de la proteína en el pienso; Figura 1).
Figura 1: Evolución del precio de la soja en los últimos 10 años (indexmundi.com)
En concreto, la retirada anual en la UE de 16 millones de toneladas de harina de carne de la alimentación de los mamíferos de renta ha implicado una mayor dependencia de las importaciones de soja, con un consumo adicional de 23 millones de toneladas. La prohibición todavía persiste para los animales mamíferos no rumiantes, a pesar de haberse constatado un riesgo mínimo de progresión del prión en el cerdo. En la población europea se ha consolidado la idea de no permitir el canibalismo en los animales monogástricos. La opción de utilizar harinas de aves en la alimentación del cerdo, o harinas de cerdo en la alimentación de las aves parece factible de ser aceptada por la opinión pública y política. Sin embargo, las dificultades logísticas y de trazabilidad de ingredientes son elevadas. En la práctica, la alimentación actual del cerdo en la UE es casi vegetariana, generando un coste extra gravoso para el sector.
Y sin embargo, el cerdo es un animal omnívoro, que en condiciones de libertad (jabalí, cerdo ibérico) consume una gran variedad de alimentos. Típicamente, su dieta es un 90% vegetal y el 10% restante animal (huevos de pájaros, gusanos, escarabajos y todo tipo de larvas de insectos, etc). En sus necesidades diarias el cerdo requiere consumir un aporte mínimo de energía, proteína y aminoácidos en el pienso, que le permite expresar un crecimiento adecuado y óptimo desde el punto de vista productivo. Como observamos en la Tabla 1 los niveles requeridos de aminoácidos en relación a la energía se reducen con la edad.
Tabla 1. Recomendación de Energía Neta y Lisina digestible del cerdo en crecimiento (Fedna, 2006)
Transición | Cebadero | ||||||
5-7 | 7-12 | 12-22 | adaptación | 20-60 | 60-100 | >100 | |
EN (kcal/kg) | >2520 | 2470 | 2450 | 2230 | 2310 | 2280 | 2280 |
Lis dig (%) | 1,33 | 1,25 | 1,15 | 0,91 | 0,86-0,90 | 0,72-0,76 | 0,60 |
En la ración pueden entrar por su composición diferentes ingredientes de origen vegetal y animal (Tabla 2). En particular, la harina de carne proporciona un elevado aporte de proteína y P disponible. Su contenido en aminoácidos digestibles y perfil de aminoácidos es similar al de la soja y la proteína ideal.
Tabla 2: Valor nutritivo de diferentes ingredientes utilizados en la alimentación del cerdo (Fedna; Evapig).
H. soja | Guisantes | H. carne | Cebada | Recomendado | |
EN (Kcal/kg) | 1950 | 2200 | 1900 | 2300 | |
PB (%) | 44 | 20,5 | 52 | 11,3 | |
Digest. Lys (%) | 90 | 83 | 84 | 75 | |
Lys dig (%) | 2,39 | 1,24 | 2,38 | 0,29 | 0,6-0,9 |
Perfil | |||||
Lys | 100 | 100 | 100 | 100 | 100 |
Met+Cis | 46 | 29 | 46 | 117 | 59 |
Thr | 60 | 48 | 64 | 89 | 63 |
Trp | 21 | 10,5 | 12,6 | 34 | 21 |
P digestible (%) | 0,24 | 0,18 | 2,7 | 0,1 | 0,23 |
Pero, ¿cuál es el coste actual de la proteína en la fabricación del pienso para el ganado porcino en comparación con la energía o el P digestible?
Para intentar hacer esta aproximación podemos utilizar un sistema de ecuaciones, que resuelva el coste de la energía (EN, Kcal), la proteína (Lisina digestible, %) y el fósforo (P digestible, %) (Harper & Forsyth, 2007). Planteamos 3 ecuaciones (Tabla 3): una para la cebada (como referente de la energía, a un precio actual de 0,129 €/kg), otra para la harina de soja (proteico, 0,286 €/kg) y otra para el fosfato bicálcico (P digestible, 0,350 €/kg).
Tabla 3. Estimación del coste de la energía neta (A), proteína (B), y P digestible (C).
EN (kcal/kg) x A (€/kcal) |
+ |
Lis dig (%) x B (€/u.p.lis dig) |
+ |
P dig (%) x C (€/u.p. Pdig) |
= | €/kg | |
Cebada | 2300 A | + | 0,29 B | + | 0,1 C | = | 0,129 |
Harina de soja | 1900 A | + | 2,39 B | + | 0,24 C | = | 0,286 |
Fosfato dicálcico | 0 A | + | 0 B | + | 18 C | = | 0,350 |
A (E.N.) = aprox 0,45 cent/kg por cada 100 kcal EN/kg
B (Lis dig) = aprox 0,82 cent/kg por cada 0,1 % de lis dig/kg
C (P dig)= aprox 0,194 cent/kg por cada 0,1% de P digestible
El resultado de estos cálculos permite estimar que en las condiciones actuales de precios, el coste de satisfacer la mayor parte de la energía, proteína y P digestible para un pienso de cebo (EN 2280 kcal/kg; 0,74 % Lis dig/kg; 0,23 % P dig/kg), en base a cebada-soja como componentes mayoritarios, es aproximadamente:
- 10 céntimo de euro/ kg para la energía; - 6 centimos de euro / kg para la proteína; y - 0,45 centimos de euro /kg para el P digestible necesario. |
Es importante observar que esta estima de coste se establece para la mayor parte de la energía, proteína y P digestible de la ración; aunque en condiciones de formulación, los precios marginales de la energía son más elevados (actualmente en el entorno de 1 centimo /kg por cada incremento o descenso marginal de la ración en 100 kcal EN/kg).
El precio competitivo de entrada de la harina de carne en una simulación de pienso de engorde a los precios actuales es de aproximadamente 0,330 €/kg, lo que justificaría un descenso de los costes de alimentación del cerdo a precios más reducidos. Sin embargo, la previsión más factible es que en los próximos años las harinas de carne continúen prohibidas en la alimentación del cerdo, y los precios de la proteína sigan siendo elevados.
La recomendación práctica puede ser:
- Optimizar la utilización nutritiva de la proteína en el pienso como suministrador de aminoácidos. La formulación en E. Neta facilita esta optimización, resolviendo raciones con un menor porcentaje de proteína en la ración y una mayor entrada de aminoácidos sintéticos.
- Valorar la oportunidad económica (según coste de ingredientes) de reducir los niveles de proteína y aminoácidos en los piensos de finalización, especialmente con las genéticas menos magras. - Valorar en el caso de los lechones la posibilidad de reducir temporalmente el aporte de proteína tras el destete o en la entrada a cebaderos, con el objetivo de reducir el riesgo de diarrea, al bajar la fermentación proteica en el tracto digestivo. - Valorar la entrada económica de la proteína de otros ingredientes, como los guisantes, la harina de girasol, de colza, o los granos de destilería. |